Ya va un año desde que la aerolínea Ultra Air cerró operaciones de un momento a otro dejando a casi 2 mil personas sin dinero y sin poder despegar.
Esto sucedió porque la aerolínea no contaba con flujo de caja para solventar sus costos. Incluso, ni podía pagar la nómina de los empleados, ni el combustible.
En algún momento se habló de una capitalización, pero eso quedó en el aire y nunca se concretó.
Miles de personas que desconocían las dificultades financieras de la aerolínea Ultra compraron boletos antes de que la compañía anunciara su cese de actividades. Ahora, muchos afectados, que se sienten perjudicados, están siendo representados legalmente por Juan Manuel Sáenz de la firma Tudoclegal.
Lo más preocupante es que el proceso parece no avanzar, incluso parece que puede cerrarse sin darse ninguna solución.
Por su parte, Viva Air está vendiendo su inventario y hasta los repuestos para poder pagar sus deudas a los trabajadores.
Las personas afectadas están buscando compensación por los gastos en boletos, maletas, cuponeras y una suma total que supera los 200 millones de pesos.
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